Hoy os traigo una manera muy fácil de decorar vuestros postres dándoles un toque crujiente y de color. Sólo se necesita chocolate, una espátula de metal y una mesa de trabajo bien limpia. Juntando chocolate negro y blanco conseguimos el contraste que deseamos y siempre nos quedará muy vistoso. Animaos a hacerlo!!
Ingredientes:
- Chocolate negro para cobertura
- Chocolate blanco para cobertura
Elaboración:
01. Llenamos dos cuencos con el chocolate negro y el blanco por separado. Lo vamos a continuación a calentar al baño maría. Ponemos dos cazuelas con agua al fuego y esperamos a que lleguen a ebullición. Cuando esto ocurra, ponemos los cuencos con el chocolate encima de las cazuelas. Esperamos a que se derrita y al final movemos. Debéis de tener mucho cuidado con la cantidad de agua con la que llenamos la cazuela, ya que esta puede rebosar por el borde y no debe de mojarse el chocolate.
02. Volcamos el chocolate en la mesa de trabajo y con una espátula lo extendemos lo máximo posible. Tened cuidado por que cuando se enfríe no será igual de fácil moldearlo.
03. Dejamos reposar el chocolate. Con una rasqueta o cualquier utensilio que sea liso lo rascamos hasta conseguir sacar unas láminas muy finas de chocolate.
Una vez hecho, sólo queda pensar qué postre vais a decorar con este magnífico chocolate.
Siento la calidad de las fotos, pero están hechas de clase y no pude conseguir nada mejor..!
Un saludo!!
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